Agua y Riego

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Las lanzas son las compañeras útiles a la hora del riego de los cultivos de cannabis, ya que alcanzan a las macetas que se encuentran atrás del espacio, dependiendo de la presión del agua necesitarán una conexión distinta a la bomba de agua, para elegir el tipo de riego que se utilizará o si se colocara en modo aspersor, todo dependerá de las distintas necesidades que requieran las plantas.

Las plantas de Marihuana, al igual que todo ser vivo, transpiran agua en forma de vapor. Para un crecimiento y floración óptima, debemos buscar el equilibrio entre la cantidad de agua absorbida y evaporada por las hojas. Esto significa que deberíamos adecuar la cantidad y periodicidad del riego en función del sustrato y las condiciones climáticas que usemos.

Agua y riego de tu cultivo de marihuana


Para quienes empiezan en el mundo del cultivo de la marihuana, una de las preguntas más frecuentes es cuál es la mejor forma de riego para las plantas dependendiendo el tipo de cultivo que se esté utilizando, bien sea un cultivo en maceta o directamente en tierra. El cannabis es una planta que para su crecimiento necesita grandes cantidades de agua, aunque también tolera los malos excesos que puedan presentarse durante el riego, por lo que es muy sencillo cometer errores en esta área. Deberás seguir una serie de consejos y recomendaciones para que los resultados de tu cosecha se mantengan óptimos a lo largo de todo el cultivo.


El cannabis es una planta que prefiere recibir un riego abundante a un riego ligero pero de forma continua, es necesario siempre regarla de manera abundante y luego esperar que la tierra absorba toda el agua y quede completamente seca antes de realizar otro riego, con la adición de fertilizantes o sin ellos. La cantidad de agua que necesita cada planta variará por lo que se recomienda seguir el siguiente cuadro de cantidades aproximadas. Para macetas de 1L es necesario 0.25 L de agua, las de 4L necesitan 1L, las de 12L necesitan 3L, y las más grandes de 30 L necesitaran 7.5L de agua en cada riego.


Para alcanzar tales cantidades de agua se necesita regar dos y hasta tres veces, de forma lenta y uniforme por toda la superficie de cultivo. También necesitarás unos buenos platos para las macetas que se colocaran debajo de las mismas, las cuales que llenan de agua que regresará a la maceta por medio de la capilaridad antes de acabar el día. Se deben utilizar también sustratos que tengan calidad, que presenten buena capacidad para retener el agua y que aseguren al mismo tiempo un buen drenaje, las mejores son las que contienen fibra de coco o perlita entre otros.


Cuando finalices el riego debes constatar que las macetas estén bien pesadas y sean difíciles de mover, esto significará que el suelo está empapado de agua beneficiosa para las plantas. Deberás esperar unos días y en esos días debes pesar con frecuencia las macetas para asegurar que el peso de la maceta esté absorbiendo el agua de manera correcta, una vez que las sientas muy ligeras significa que es hora de un nuevo riego. Como el agua pesa más que la tierra, cuando las macetas se encuentren saturadas de aguas notaras que pesan notablemente más que solo con la tierra.


Se necesita un poco de práctica antes de que aprendas a interpretar el peso de la maceta y cuando la misma necesitara de nuevo un riego. Es una técnica sencilla que al mismo tiempo es eficaz y que podrás implementar en todas tus macetas. Si decides utilizar este método lo más probable es que tus plantas necesitan un riego nuevo cada 3 o 6 días. Cuando el tamaño de la maceta sea más pequeño que el tamaño de la planta, y se presente más calor o un clima muy seco, la frecuencia de riego aumentará.


Los riegos que se realizan por goteo no tienen buenos resultados en tierra y esté es más recomendables cuando se presenten casos como las vacaciones para mantener el control sobre las plantas. Si estás buscando un exitoso riego por goteo es mejor olvidarse de la tierra y aplicar un cultivo hidropónico en un sustrato adaptado como el coco, las bolas de arcilla o la lana de roca.


Es importante controlar la calidad del agua utilizada para los riegos, ya que por ejemplo el agua de la llave puede ser aceptable pero cuando su dureza no sea muy elevada, manteniendo una EC menor a 0.4, cuando se trata de agua de lluvia no se aconseja mantener la EC en 0 al igual que el agua osmotizada o desmineralizada, reduciendo el EC hasta que se encuentre alrededor de 0.3. A las plantas de marihuana no les gusta el cloro, calcáreo y demás elementos concentrados que se presentan en el agua de la llave. Puedes dejarla siempre reposando al menos unas 24 horas para que el cloro presente se evapore al mismo tiempo el agua se mantiene en temperatura ambiente.


El agua osmotizada de excelente calidad la puedes encontrar con facilidad en muchas tiendas para mascotas o peces, también la puedes producir con un osmotizador y esta es perfecta a la condición que se utilice un complemento magnesio, calcio, oligoelementos ya que la mayoría de los fertilizantes en el mercado se han pensado para utilizarse simplemente con el agua de la llave. Con el agua de lluvia pasa de igual manera, aunque para esta sí se recomienda filtrar y hasta pasarla por pocos segundos en el microondas para que quede totalmente esterilizada de las diversas bacterias, algas, huevos, esporas de champiñones que pueda contener, más en el cultivo interior. El pH ideal para el agua de riego debe mantenerse entre 6 y 7, de lo contrario se debe corregir con otros productos reguladores o reductores.


Cuando se acercan las últimas semanas de la planta antes de la cosecha, está consume menos agua cada vez, por lo que se necesita reducir progresivamente las cantidades que se aplicaban en cada riego ya que si la tierra tarda mucho tiempo en secar esto aumenta el riesgo de moho en los cogollos, también se puede presentar un poco de estrés hídrico hacia el final de la floración lo que aumentará la producción de resina. Deberás practicar un buen periodo de aclarado sin utilizar fertilizantes en el agua, de unas 3 o 4 semanas para los cultivos en tierra. Si estás decidido a utilizar fertilizantes lo mejor es que los intercales una vez cada dos riegos o cada tres dependiendo de las variedades que estés cultivando. Un agua clara con enzimas o ácidos fúlvicos y húmicos ayudará a diluir y utilizar todo resto de fertilizante que se acumule en la tierra y así evitar una intoxicación en las plantas de marihuana, problema que se presenta comúnmente.